Disfrazarlas de Arte.

Cuando duermes, un pequeño epitafio reza mi nombre, y las crueles manos del inframundo, tocan mi tórax con repulsión.

La luna muda te hace señas que no entiendes con la luz, y las estrellas ajenas a todo, ni siquiera te observan.

Yo, mientras, bebo vino, conjuro alguna maldición y trato de reemplazarte con cualquier cosa que pueda nublarme la mente.

Pero las nubes se esfuman como el humo, y las querellas antiguas no se olvidan completamente, hasta que el sabor amargo nos ahoga.

Y las libélulas grises que flotan por el aire, no son más que canciones perdidas que imagino para distraerme con fantasías.

Sigo creyendo que soy un caballero oscuro, o un incipiente protagonista que va en su rumbo sin saberlo.

Un día el mundo girará a mi favor en vez de en mi contra, y el barco perdido regresará a puerto, aunque vacío y sucio.

Pero la velada risueña doblegará el alba, y el águila romperá el pico para autoflagelarse en su renacimiento.

Yo beberé vino, alzaré putas y dormiré con mujerzuelas, y aún así el crepúsculo me hallará solo.

Porque no queda de mí más que una sonrisa falsa y palabras hostiles, mientras que sonrío para disfrazarlas de arte.

Arte de John Collier
'Jardín de Armidas.