Que tu espalda sea un domingo

poema de Aguapalabra

Que tu espalda sea un domingo
de esos inolvidables
arropados de flores
de esos que se miran con las manos
y se tocan con el recuerdo
de esos que se distraen
en la piel de las verduras

Que tu cabello sea una madrugada
de cobijas
con parpadeos de lluvia
y cien alas
gopeando la rutina

Que tu silencio
sea una lengua sin acertijos
franco y perfumado
que se descifre
así mismo
en el papel de tu vientre

Que tu beso sea un domingo
sin fútbol ni ausencias
con servicio de piel en la cama
y control remoto
para apagar el olvido