Mi debilidad

Me planteo mi objetivo, estoy muy segura, muy decidida. Nada cambiará mi parecer.

Llegas tú y lo arrebatas, arrasas con todo como un huracán abriendo paso. Me duelen los huesos, me duelen los besos que ya no están.

Un recuerdo me llena de melancolía y un suspiro me ahoga en un mar lleno de sentimientos ambivalentes. Te quiero, no te quiero. Me gustas, me encantas, te detesto.

Trato con todas mis fuerzas de suprimir la pulsión que me provoca recordar tu sonrisa. Los cinco lunares que van desde tu oreja hasta tu mejilla, alineados perfectamente como una constelación, destrozándome el alma, haciéndole un espacio a la nostalgia.

Te recuerdo perfectamente, no te recuerdo para nada. Te conocí, pero ahora solo vagos recuerdos me llenan la cabeza.

Te extraño, algo dentro de mi despierta. Extraño tu manera de callarte las cosas, extraño tu presencia junto a mí, llenándome de algo que llamamos amor, que en realidad no le encuentro significado alguno.

¿Qué eres? ¿Acaso sólo un ideal mío con el cual viví dos años de mi vida? Mi primero, lo que conocí y ahora desconozco. Te lloro, te maldigo, te adoro y no me deja nada.

Una ola de impotencia más fuerte que mi red cognitiva se apodera de mi, me carcome, me destruye. Lo disfruto, lo aborrezco ¿lo merezco? Toxicidad, no existe mejor expresión.

Llegan los sentimientos encontrados cuando te veo, aferracion, negación, sublimacion. Falta de amor propio, falta de valor, falta de coraje. Maldigo mil y un veces, y no a ti, si no a mi propio ser.

El amor es algo tan subjetivo, que me parece irreal. Le busco una solución, encuentro un problema. Le busco una salida, encuentro un túnel sin fin, en el que me hundo y me ahogo, soy pequeña.

Consciente en todo momento, sin embargo no hago nada para parar. La locura se avecina, lo noto y lo siento, pero no lo evitó.

Tu olor me infesta las fosas nasales, haciéndose adictivo. Creando algo que ni siquiera yo misma entiendo. Me he fallado, me he traicionado.

Nada cambia, día tras día, mi cabeza piensa tantas cosas que no piensa nada. Me da por extrañarte, me da por obsesionarme, me da por pensar que solo es un capricho.

¿Es verdadero? ¿O solo una ligera prueba que me han mandado? ¿A quién más le he fallado? ¿Cuánto tiempo me ha llevado estar aquí y en qué momento ha sucedido? Comienzo a dudar de mi propia conciencia.

No lo creo, me niego una y otra vez. Vuelvo a mi decisión, segura, firme. No me doblo, dura como la piedra.

Llega la noche y ese vacío que me arranca los nervios llega con la luna y la obscuridad.

Las cosas no cambian, las cosas permanecen de la manera en la que decidiste dejarlas, y mandas tu. Y siempre mandas tu, y tú decides, y tú obtienes a costilla mía.

Tu egoísmo se apodera de todo mi cuerpo y me hace caer de espaldas. Y me pregunto, ¿yo cause esto?

No me percato de lo que digo. Mis palabras salen como vomito, llenas de rabia, llenas de coraje, llenas de mentiras y llenas de amor. ¿Amor? Nada hace que vuelva a ser como antes.

Esa emoción, esos nervios en el estomago han sido enterrados. Siendo suplantados por un fuego interior, que arde, que quema, que no me deja respirar y que me oprime los pulmones.

Y me vuelvo a preguntar, ¿amor? Se lo que debo hacer, miles de versos ensayados en mi cabeza, miles de despedidas, miles de días con la boca cocida. Diciendo todo pero diciendo nada, siendo leída pero no escuchada.

Mis palabras no son más que pequeñas partículas de polvo que remueves de tu hombro con tu mano. No hay cura, no hay solución.

El pasar de los días solo afirma mi confusión. Mi libertad está condicionada, te encuentro en cada rincón de mi casa.

Cada recuerdo despierta un impulso, un instinto de querer recuperarte. Te he dicho todo, no existe una palabra que me haya faltado decir, sin embargo, siento que me falta tanto por decir, esto no tiene principio y no tiene fin.

No entiendo, el patrón es el mismo, no cambia. Se sobre todo, entiendo todo a la perfección.

¿Racionalidad o sentimientos? ¿Libido? ¿Amor? ¿Satisfacción? Un misterio que es tan atemorizante que me hiela el corazón. Eres mi debilidad.