Poema rápido (reescrito con IA 1)
La tarde decía que era tarde,
tanteaba tablas, tallaba blablás,
¡empate! eco en charla,
de Tala talé, tardé,
talas y talones, amores en doble tanda,
déjame solo, dejáme lento,
que el reloj revienta, resuena roto.
Estoy tan roto, relámpagos ruedan,
en Argentina el acento grita dejáme,
pero la tilde se esconde, se escapa, se pierde.
Córrete, corrés, corremos,
en mi juego prosódico,
donde la rima rasga y el verso vuela,
que a lo sexual no le ponemos límite,
límite, límite, límite:
¿limite tu pregunta?
El límite pregunta,
y ni le contestamos,
no por malos, eh,
sino porque el ruido no requiere respuestas.
Los pormenores pululan, pero no paramos,
dejarlo y ya, dejarlo y allá,
no contestamos porque no requerimos,
firmes, poetas errantes sin futuros,
con versos que vagan, vuelven y se enredan,
como un río revuelto que nunca se cansa.





