Meditaflexión

El recuerdo me había abandonado
en el limbo del olvido
de que no soy
ni somos
algo más que divinos,
hoy lo sé, con certeza,
con asombro,
con la impensable fe....
de que estoy volviendo a nacer,
tal cual Fénix de sus cenizas,
y ahora entiendo el dolor,
porque no me duele más;
ahora veo el Universo,
porque abrí los ojos;
ahora puedo reír con el alma,
porque miré su rostro,
y me estoy reencontrando...
Siento amor,
en este segundo, que abrí al fin mi corazón,
entiendo ya no solo con la razón,
porque a mi mente se le dio convicción
y a mis ganas de vivir, pasión....
Veo el cielo, lleno de estrellas,
a todas con su luz,
porque mi alma antes vacía,
no es ya más un cielo oscuro,
puedo hasta sentir cada respiro,
cada latído,
porque al fin inhalé lo invisible y puro,
en el momento de mi vida,
en que fue el más duro.
Las piedras, las cadenas,
ya no son....
veo arena, en cambio....
creo firmemente el cambio!
no solo de mí,
sino del día con su noche,
del ser antes de nacer,
que siempre querrá ser,
simplemente Ser,
ser presente,
ser sentidos,
ser luz,
porque la luz existe,
tanto en el sol y la luna,
en el reflejo de mansas lagunas
y principalmente,
en todas las almas puras.
Puedo seguir alegrándome,
describiendo estas bellezas
propias de la naturaleza,
pero yo terminaré por hoy
de dar un símbolo a la voz,
porque siempre hay otra voy
gemela,
que ahí espera, y anhela,
silenciosa, paciente y eterna.,..
sentada blanca bajo la luz de una vela,
que siempre ilumina,
y sobre todo.... revela.

D.S.C.