¿Por qué no te vas aún?

¿Dime tú de qué mérito gozas para aparecerte en mi cabeza a cada jodido segundo del día?
¿Qué tipo de pacto con el Diablo tienes?,
¿Qué te diferencia a ti del resto de amantes que he tenido? Serán tus besos..., tu olor mágico o tus manos que más que piel y huesos parecen seda.
¿Por qué te apareces sintiendote dueño de mí y mi autoestima cada que te da la gana?,
Me tratas como puta, prostituta barata, hablas de mí y sobre las veces que en la madrugada desesperada te llamé y te rogué que me permitieras aunque sea por una noche volver a tus brazos, me miras con desdén y te burlas desde la comodidad de tu silla.
Al siguiente día me observas sonriente, como sí nada hubiera pasado, ¡Mierda! Tal vez nada pasó, mira esos ojitos de arrepentimiento que tienes, seguro ya lo pensaste mejor.
Y así es siempre..., ahí voy de pendeja. Mi cabeza se niega a aceptar que no me quieres, que nunca me quisiste y nunca lo harás. Estoy aferrada a ti y a tus promesas tardías incumplidas, a tu perfume inolvidable impregnado en cada prenda que usas, en tus besos sabor miel y tus manos expertas que tocaban mi nuca y me deshacían tal hielo como nadie más lo sabe hacer.
Y ahí voy yo. Dándote celos con el primer cabrón que se me pone enfrente, dedicándote miradas fugaces de soslayo y también por si fuera poco mis mejores pasos de baile, aunque yo no sepa bailar.
Tengo tantas cosas que contarte y me duele saber que ya nunca más lo voy a poder hacer. Te extraño infinitamente, te llevaste una parte de mí cuando me dejaste.
¿Qué será lo que tienes que me gustas tanto?,
Quisiera que por primera vez en tu vida tuvieras los huevos para ponerte los pantalones y exigirme que me vaya de tu vida,..