Fragmentos de una Desaparición
En el silencio que dejaste crecen palabras que no te pertenecen
Quisiera pintarte
(pero los colores huyen)
un cuadro de romanticismo.
Tú: romántico
que se negaba conmigo,
que se afirmaba con ella.
Ella era lo prohibido.
Yo era lo conocido,
lo gastado,
lo que se nombra sin miedo.
Te di tres años
(mi vida entera)
y en tres días
me convertiste en nadie.
Yo me sentía vista
si tú estabas.
Ella brillaba
sin necesidad de tus ojos.
¿Recuerdas cuando yo era ella?
Pero dijiste mi nombre
tres veces
como quien conjura fantasmas
y desaparecí.
Y tú armaste un nuevo yo
con los pedazos que quedaban:
astillas de conversaciones,
migajas de caricias,
el polvo de lo que fuimos.
Yo nunca más fui yo.
Y tú,
tú alguna vez me viste
antes de que aprendieras
a mirar a través de mí
como si fuera
vidrio roto,
aire,
nada.





