El por qué escribo

Algo en mi nació y murió
En tan solo un suspiro de un recuerdo,
Cenizas de un pasado en el umbral del olvido,
Entre el amor y el odio a mí mismo.

Me he comido tantas mentiras dulces
Que me ha dado diabetes de hipocresías,
Estaban decoradas con una pisca de esperanza
De aquella que deforma las realidades negadas.

Por cada poema cruce la mirada con una nueva dama
Que en ese instante me secuestran el alma,
Que cobran de rescate un par de palabras,
Mudas por el anonimato y mi timidez absurda.

Mis heridas nunca cerraron
Por que atiende al dolor las veinticuatro horas,
Solo toma vacaciones cuando escribo poemas,
Mi anestesia para soportar el peso de esta vida.

Me enamoro en lo que dura
Un pestaño seductor de afrodita,
Mis palabras quedan cortas dándole vida
A nuevas diosas sobre mis obras.

Soy un enfermo y enamorado de la vida
Y también de la muerte,
Pierdo fácilmente mi sur y mi norte,
Hasta las estrellas de aquel oscuro horizonte.

Escondo un niño y un anciano
Tras mi sombra de joven maldito,
Mis caras que salen a respirar en cada escrito,
Travieso y sabio con el paso de los años
A través de todos los sentidos y significados.