Silencio perpetuo

Parecen deshojados los intentos de unidad,
constipados hasta los anhelos de sábados en la tarde
y olvidadas las horas de infinita humedad entre sexos.
Qué hay de las palabras de complicidad y conexión que se extinguieron de pensamientos para formar un cumulo de extrañeza en el pecho.
En las mañanas se siente insatisfacción de los mensajes que ya no importan, de las cartas que se marchitaron en la mitad de la intención. Por las tardes contemplo el desafinado cielo, el incomprendido atardecer, y la música que entra en los oidos parece fúnebre en el corazón. La apaciguada sensación de silencio en la mitad de la madrugada, desarmando piezas de los conflictos enhebrados a lo largo de los años.
Cómo encontrar el amor propio cuando sigo buscando la otra parte de mi, cómo luchar con los silencios que se cruzaron entre millones de palabras y pensamientos del futuro incierto. De todas maneras el atardecer es igual de terco a mi corazón; unos días grises y negros, otros rosado, azul, celeste y inciertos.
Los silencios se tiñen tormenta y truenos, pero en las mañanas el sol murmura paciencia, escandalosa paciencia.
Cómo será de dificil esa virtud que hasta implorarle a Dios tuve que hacer, luego me fundí entre esos ruegos y el sueño se cruzó conmigo y Drácula, cuando despertaba me encontraba con un corazón que seguía palpitando, pero con que fin? para que seguir agitandose si el silencio habla, no está dispuesto a seguir su instinto. Grita al abismo ser liberado como sea de la esclavitud de las horas, prisionero de lo sagrado, de la cordura y la locura, del amor vendado, del frío invierno y de la primavera.
Qué es el silencio sin haber conocido palabrerias, ¿dónde se halla el silencio?
en la memoria todo habla, en el bosque hasta los animales se comunican y en el corazón, de esas cuevas agredidas de fanfarrones y usadas para trincheras del trauma.
No hay silencio, ese ingrato habla.