Arquetipo

poema de Dary

No tengo idea de por donde empezar.
Es como si estructurarás tu propia existencia, tus amigos y seres queridos. Te quedas solo en ese viaje de descubrimiento, experimentas la vida sin un trabajo que demande tiempo, sintiendote juzgado por las cosas que dejaste de hacer.
A mi parecer cambie de vida, le dí un sentido abstracto y complejo de entender. Tantas preguntas en mi imaginación, el tiempo parece a mi favor y sigo enloqueciendo, volviendome una vieja alma cada día.
Las canas empiezan a surgir, el deseo de despertar de esta cruel verdad sin morir.
Entonces empiezo a extrañar esa forma de vida donde lo que parecía lógico era el amor al otro, el escenario complejo de la imaginación del nuevo mundo es quizás una prueba gratiuta de la desaparición de la maldad.
Ya no parecía nada descabellado, incluso los libros de miedo parecían cobrar vida, las pinturas donde la esquizofrenía veía trazos con ojos y hasta bocas calladas por demonios. La música bailaba al ritmo del todo y el amor partía de los ojos que envejecían de dejadez. Fue cuando ya no supe que creer; el niño crecía en una familia disfuncional y no supe como ayudarlo, no tuve idea de qué más hacer ni de como moverme en esos circúlos en espiral.
Enloquecí con la sola idea de pensar que iba a pasar conmigo, me daba miedo convertirme en otra versión y cambiar mi forma de reir, de compartir, de ser.
En el miedo a perder encontramos la desalineación de cada estado que exista; lo ocurrido alrededor de 23 años había sido un regalo como prueba de que quizás merecía algo que nunca había imaginado que sería para mi. No sé como tomaré tanto, no sé por donde empezar y sigo preocupandome por las mismas cosas. No sé como pedirle a un Dios las cosas por las que me ha tocado trabajar, paciencia quizás era mi mayor ambición.