Floreciendo entre las cenizas

Floreció
entre las cenizas.
Fue la primera en aparecer
después del incendio.
Resaltaba,
delicados pétalos blancos
en mitad de una gran masa gris.
Así era ella.
Descubrí
que el néctar
puede curar las quemaduras
de un corazón herido.
Descubrí
que es posible salir a la superficie
si te agarras al salvavidas adecuado.
Mi niña,
que tenía los labios de color cereza,
y si no sabían a fresa
es porque ella nunca fue corriente.
Quizá por eso
sus cabellos no eran de oro
(lo cierto es que valían más que eso).
Quizá por eso
no le hacía falta perfumarse,
porque su piel era de flor.
Quizá por eso
su mirada
era de millones de colores,
porque uno solo
no le haría justicia.
Vino a mí
como quien sabe
que es tu última esperanza.
Vino a mí a enseñarme una lección.
Y gracias a ella
he aprendido
que los incendios
no son tan malos.
(Te acercan a las flores)