Preguntas.

A veces cuando conoces muchas respuestas preferirías ignorar las preguntas.
¿Pero qué se hace cuando las preguntas lo conocen más a uno que uno a las propias preguntas?

Es difícil y es tendencioso pensar que conocer la respuesta a algo te da la habilidad de conocer la naturaleza de la propia pregunta.

¿Pero cuál es la pregunta de una respuesta sin pregunta?

Quizá muchas veces no sepamos ni la pregunta ni la respuesta pero sí conocemos al curioso.

Porque no importa qué tratemos de hacer, siempre habrán preguntar sin responder y respuestas de preguntas que no conocemos.

Y es que aunque a veces queramos conocer la respuesta, no sabemos hacer la pregunta;

¿Buenos días?
¿Cómo estás?
¿Qué ha sido de ti?

Preguntas que, sin respuesta, se vuelven más una certeza que una incógnita.
Porque sí sé qué son buenos días; amanecer contigo.
Sí sé cómo estás; estaríamos mejor juntos.
Y sí sé qué ha sido de ti; una historia sin un fin.

¿Qué haremos?
¿Qué seremos?
¿Dónde estaremos?
¿Con quién iremos?

Preguntas.
Preguntas.
Preguntas.
Que más que preguntas, son respuestas que quisiéramos tener.