Ordenanza

Con el frío que recorre nuestro cuerpo
aquel lamento perforando huesos,
clemencia escondida en incendios
devorando vidas, castigando al infierno,
noche taciturna, origen del silencio,
ella se aleja, largo y más largo el tiempo.

Estar entre tus brazos es mi aliento,
y aunque a una distancia a lo lejos,
es vivir aferrado al cielo,
no importa ya lo dije, amargo consuelo,
las lágrimas y la herida, aun te quiero,
con un beso, aún te amo, eres mi sueño.

Vivir en el sueño amando,
en mis pensamientos te sostengo,
y lo que siento arrebata el silencio,
la verdad oculta, un beso de misterio,
las palabras, el sufrimiento, te amo, son lo mismo en un beso,
es perfecta la ordenanza del encuentro,
cuatro ojos, dos roces y lo que se dice en silencio.

Conectando la armonía con tus ojos,
llueve tan frío y tan gélido,
la bruma, las luces del cielo,
el deseo humano de los hechos,
en un peñasco exclama mi pecho,
el universo claro tejido
atando amantes en su equilibrio,
llanos con obstáculos,
en las sombras, en el dolor amargo.

Cosiendo las fibras de mi corazón roto,
el gallo canta, la noche muere
tomando el viento a tu rastro,
las sombras vagas, la luz tenue
en una sola como el sol se convierte
y te tengo y te tengo con mis brazos fuertes,
a lo lejos te canto, desde allí te tengo,
tu corazón sufre, vendrás como el viento.

Con el frío que recorre nuestro cuerpo,
estar entre tus brazos es mi aliento,
vivir en el sueño amando,
conectando la armonía con tus ojos,
cosiendo las fibras de mi corazón roto.