Primavera pasada

Los pinos madrugaron,
y recitaban en morse
primaverales cantos.

Las arbóreas bisagras,
chirriaban como aves.

El alba, se vertía
como aceite en las caderas
de la cumbre montañosa.

La abeja, fue rotando
como pinza boca arriba;
cual antófila astronauta
en su cápsula postrera.

Junio estaba aullando.
Era un eléctrico anciano;
con la tórcida espalda
y su bastón de tormentas.

Caminante moribundo.
Como un manojo de ríos;
como una acuática culebra,
en la calzada empedrada.

Volví hacia mi casa,
cortando la autovía;
con el pico de un halcón
automotriz rodante.

Cruzando los girones
de la ropa del viento
que enredaban mi cabello.

Cruzando entre los vellos
de la erizada meseta.

Entre las níveas techumbres,
que desde el valle serrado
suspiraban al unísono.

Pareció dejar atrás
una legión de corceles
en blanca estampida.

Y adelante, los papiros
de las villas antañas,
se erguían de abandono,
pobladas de grafittis.

Atrás quedó aquel todo.
Llegó entonces la nada.

En la calle, roncaban
los hidráulicos pulmones
de coleópteros carros.

Y en la noche irremediable,
mi ventana resignada
apretó fuerte los ojos,
tragándome en sus párpados.

Comentarios & Opiniones

La Dama Azul

Caballero siempre un gusto disfrutar de vuestras letras en cada estación.

Reciba cordiales saludos.

Critica: 
Tiberio Dartac

Para mí el gusto es recibir siempre tu visita comentando mis letras. Saludos y ten un buen fin de semana, Dama Azul

Critica: 
Karencita García

Excelente obra,.llama a ser espectador de las sentidos del ser humano.
Saludos cordiales.

Critica: