Despedida

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Te digo adiós con el alma hecha pedazos,
con el corazón en trizas,
con mi integridad desecha.
Me despido inconsolable
con mi mente en blanco,
sintiendo mi vida en completa ausencia.

No puedo decirte que sentiré mañana,
no puedo saber que será de mi,
no sé cuando encontraré la calma
pero te digo adiós con lo que hoy siento por ti.

No es orgullo el que me duele,
no es coraje,
no es rencor;
es por amor que no escucho,
no veo y no pienso más que en lo que por ti encontré
y en lo que por ti hoy pierdo.

Duele el amor que con los años maduró
y la admiración que hoy se muere, y el respeto.
Duele que de tan alto que llegué a volar,
en caída libre he llegado al pavimento.

Por ti me conocí como no me imaginaba,
por ti me reinventé para serte especial,
por ti amé y crecí como yo consideraba debía ser el amor que merecías tomar.

Te amo con mi inteligencia, con total emoción.
Te amo con el alma, con mi corazón,
con la sangre, con el cuerpo;
con erotismo, con pasión,
con fantasías y deseos,
con la algarabía de mi sinrazón.

Te amo sola, en mis recuerdos,
te amé en la compañía de los demás,
te amé feliz, te amo con ira,
te amo en las letras de las poesías,
te amo en mis libros, en mis canciones,
te amo tomando café,
demostré mi amor como mejor pude,
demostré con todo lo que pude ser.

Te amo con la energía que se tiene para vivir,
con la lucha para mantenerme viva.
Te amé contra el tiempo y la distancia,
contra toda suposición,
pese a la evidencia que marcara que este amor fuera un error.

Te amé lúcidamente, con toda mi confianza,
te amé sinceramente,
te amo sin esperanza.

Te amé con tierra de por medio,
con tiempos de ausencia,
con errores de juicio,
con toda ilusión.

Con valor ante el futuro,
con esperanza y fe,
con la certeza de acompañarte en lo que pudiera ser.
Con tesón para darte mis días,
mis cuidados,
un riñón...
noches en vela, palabras de aliento,
y mis atenciones en todo momento.

Te amé con las ganas de salir adelante, de querer superarme y crecer por ti,
de buscar en el closet, en el gimnasio,
en las tiendas y en cada espacio,
buscar sin cansancio el querer regalarte la mejor versión que encontraba de mi.

Gracias por compartirte, compartir tu tiempo.
Gracias por lo bueno que me hiciste vivir.
Me llevo tu recuerdo... el mejor que tengo,
te dejo en regalo lo que hiciste sufrir.

Tu versión de hombre maduro, inteligente, sereno.
El hombre que siempre hace las cosas bien,
con preocupación por la vida,
con autonomía,
el hombre que respeta, que acompaña,
el hombre que no miente, que no engaña.
El excelente compañero de vida,
la pareja ideal,
el novio perfecto, el que yo tenía,
ese hombre que en ti yo reconocía.

He de extrañarte como se extraña a los muertos,
he de llorarte, de sufrir por ti,
he de querer salir corriendo,
de irme contigo... y quedarme sin ti.
He de pedir que respeten tu nombre,
de defender tu recuerdo,
de procurar tu paz,
de quedarme en silencio y sentir que tú escencia va quedando atrás.

Me quedo sola, como sola te amaba,
como sola te amo me quedo sin ti,
me quedo vacía, sin entender cómo
es que no concibo que será de mí.
Tu desdén ha sido mi muerte,
confió en el tiempo encontrar mi paz.
Te ame con todo y desesperadamente,
te amo como espero nunca amar jamás.