"La gruta", de Josep. "La gruta 2", de Daih.

La Gruta , por Josep
Éramos un pueblo feliz pero nos decían que nos faltaba algo. Nosotros, como no lo tuvimos nunca, no lo echábamos a faltar. Éramos jóvenes y hermosos... ¿Habéis visto "El tiempo en sus manos"? Nosotros así, y las campiñas. Y el silencio en el alma... Pero vino un puto dios porque no hay pueblo que se libre de ellos. Y se nos apareció en la boca de un cueva Su voz era clara, sus mensajes tan nítidos que entraron en nuestros corazones y los enriquecieron. Desde aquel día ya no éramos los jóvenes inconscientes de "El tiempo en sus manos". Éramos mejores, nos decíamos. Sin embargo pasaron jornadas de sol y de lluvia sobre nosotros, cruzaron estaciones, se nos carearon las muelas. Y nuestro pequeño dios cada vez se adentraba un paso en su gruta para enviarnos su palabra. Sus mensajes perdieron la voz cristalina que poseían en un principio y se tornaron graves, turbios, ininteligibles. Hasta que su imagen desapareció en la oscuridad, hasta que la voz restó en un rumor que asustaba. Hoy estamos con dios pero sin dios. Unos dicen que ha penetrado hasta el fondo de la gruta pero que desde allí nos observa y guía. Otros quieren entrar en ella para averiguarlo. Algunos preferimos considerar que todo ha sido un mal sueño. Pero ya no podemos mirar la boca de la gruta del mismo modo.
Josep.- (Sep 24, 2013 )

Gruta 2, de Daih
Desde el fondo de la gruta se incuba una gota negra que alguna vez fue cristalina.
Late silente, respira y repta en un movimiento impreciso y tan lento que solo se ve un aureola fétida a su alrededor.
La promesas de antes han quedado putrefactas en la memoria innoble.
Está a punto de salir a invadir de oscuridad al pueblo que inocente espera la resurrección.
Mientras tanto la felicidad se cosifica en sólidos fátuos, en placeres de instantes.
De masturbaciones sin amor, la amoralidad justificada.
La felicidad se recrea sobre una tela de la maldita araña que urde su ignominia a la espera de su amado dios.
Una gota negra late tibia al fondo de la gruta.
Nadie se espera el holocausto.
Seamos felices entonces a través de las cosas y el placer instantáneo.
Daih (Sep 24, 2013)