Una casualidad sabor chocolate.

Mientras el frió consumía mi movilidad
y el viento me susurraba al oído escarcha,
tiritaban de dudas mis manos y mi aliento hecho vapor
no parecía tener respuesta alguna ante aquella helada,
eterna y aleatoria, blanca e infinita como la pregunta misma
que acompaño a mi ingenuidad en esa noche tan vacía
de ilusiones.

Estaba parada solo a uno cuantos metros mi,
nuestras sombras chocaban por la luz de aquellos faros
que me recordaba al rozar de nuestros cuerpos en un tiempo
que hace rato yacía muerto, aun conservaba su sonrisa elixir,
su cabello horizonte, ojos luna y lunares estrella,
incluso aquella manía de ocultar sus manos
cuando deseaba algo.

Volteo un par de veces, pero, parecía un extraño
ante sus ojos,
volteo de nuevo y por un instante pensé que diría algo,
no fue así, solo se quedo observándome,
analizándome, quizás recordándome en alguna parte
o por alguna razón.

Pasaron unos cuantos minutos antes de que se diera media vuelta
y se retirara quien sabe donde y no sabia cuando la volvería a ver,
solo me dejo un vació, una esperanza, y una taza de chocolate
sobre la tierra que me arropa.

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