Acompañado de la soledad

Esta mañana como siempre desperté sufriendo,
esta soledad al principio me ayudó
pero ahora sólo me está consumiendo,
me ayudó a tener ideas nuevas,
a no desistir y seguir buscando a la mujer que llene mi vida de ilusión
y pueda encender mi pasión.

Esta mañana, como las demás, sufrí con soledad
porque es mi única y verdadera amiga,
nunca me defrauda y siempre está ahí
cuando nadie más está;
me calienta cuando hace frío,
con lo poco que me puede dar,
me gusta pero hay momentos en que quisiera aniquilarla ya,
me vuelve loco y provoca que mis sentimientos se confundan de verdad.

En las mañanas camino con ella por la gran ciudad
y puedo observar que nadie más está con mi amiga soledad,
me detengo y miro con ansiedad si alguien más tiene una amiga llamada soledad,
me doy cuenta que no, sólo es gente que mal acompañada está.

Regreso a mi casa y nadie hay,
prendo un cigarro y pronto me pongo a pensar,
¿Qué sería del sol sin soledad?
¿Qué sería de las estrellas sin su vanidad?
¿Qué sería de la vida sin su mortalidad?
ya calmado de tanto haber pensado, entro a la cama,
para esto la noche cae ya, me mira y la miro,
me tapo del frío y descubro cuál es su finalidad…

Tener a alguien con quien charlar, lo cual no me pasa a mi
porque sólo vivo con mi amiga soledad,
no sé cuándo se irá y tampoco sé si se quedará,
sólo sé que si alguien llega a mi vida
ya tendremos con quien charlar yo y mi amiga soledad.