DIVINO MANDAMIENTO

Si amar, por ser divino mandamiento
a toda humanidad comprometiera
el mundo cambiaría en gran manera;
pues el amor mitiga el sufrimiento

al ser ese sublime sentimiento
que con su influjo todo se supera.
Que cando el alma de él es prisionera;
no se busca jamás un argumento

con qué disculpar la conducta airada.
Aquel que ama, da sin que nada espere
por ser esa postura generosa,

hace de la ternura en si morada,
muestra su comprensión con quien difiere
y nunca su actitud es oprobiosa.