Tormentas

¿Por qué me gustan los días nublados?
Las nubes tapan el cielo y le dan misterio,
Ellas ocultan algo, y a la vez, nos muestran su grandeza.
¿Pues hay algo más grande que quien oculte al Universo?

El fondo gris me llama a volar,
Me invita a un lejano lugar, tan cercano que le puedo decir hogar.
Una misteriosa morada me espera, con mágicas piedras, y viejos faroles,
Puertos brumosos y barcos de antaño.

Y en toda esta vorágine, donde la realidad se mezcla con mi realidad,
Logro vislumbrar un verde singular,
Una pradera donde caminar y una cabaña al final.

Es el encanto de un día de tormenta, tintineando una música peculiar,
Que roza lo siniestro pero me lleva a mi hogar.
Las mezclas de azul se van acercando, me van avisando,
Que si de este mundo no salgo, estaré viviendo en vano.

¿Qué pasa con el cielo? Pregunto,
Se culta para no darte miedo, susurra el viento.
Pero no te vayas por mucho, necesito volver a creer.

Mientras tanto, me olvido nombres, problemas, me adentro en la oscuridad,
Soy mi propia luz, subo a la torre del castillo y veo que no todo es tan simple,
Es un instante que se va y vuelve para volver a irse,
Como la tormenta, como la vida, como yo, como vos.

Buscando esa tierra de gigantes voy,
Sigo el sendero de mi pasado, sigo el camino de mi pasión,
La música de mi corazón.
Busco la salida del Sol, ahí donde creo que la vi alguna vez.

Será entonces cuando la tormenta se abra,
un rayo de sol me golpee en la cara,
y pueda al fin volver a ver al cielo,
desde mi casa.
En esa tierra lejana, pero mi tierra al fin.

Sus melodías me llaman, sus ríos me llevan,
Sus bosques me ocultan, sus riscos no me asustan,
Y sus prados son míos.

Allá voy, no sé cuánto tardaré, pero no me importa,
Porque atravieso los siglos, soy amigo de aquel al que llaman tiempo,
Persigo mi destino, persigo mi ser.
Continúo buscando, sigo aquí bajo la tormenta,
Que me guía hacia mi verdadero cielo