EL MIEDO

poema de Cosmic

El santo y el diablo el cordero y el lobo el hoy y el ayer la noche y el día.
Agua y aceite

Blanco y negro hombre y mujer.
El cielo, el infierno el rico, el pobre el alto y el bajo el gordo y el flaco.

El que observa desde arriba el que observa desde abajo y ahora mismo el que observa desde atrás.

Todos son uno cuando el fuego los hace arder, amigo de mi enemigo hermano de mi verdugo cuando el fuego nos hace arder.

El oro y la miga de pan el zapato de cuero y descalzo caminar nada importa ya, cuando el miedo nos hace bailar.
Palabra curiosa que a la humanidad parece amigar, todos uno cuando el fuego los hace arder.

El bárbaro y el civilizado el europeo y el americano… ¿y el africano? Ni hablar del asiático.

Valientes, feroces y eruditos, dignas palabras en tiempos de paz y dignos honores con ellas obtendrás.

Débiles, inferiores y cobardes, a tu tristeza llamarán, terminantes palabras en tiempos de paz.

Dictadores, democráticos y esclavos, asesinos y abogados, escritores y doctorados, todos son uno cuando el miedo los hace bailar.

Curiosa palabra el miedo, poderosa palabra el miedo, capaz de destrozar una sociedad.

Diversas maneras de manifestarse tiene, hasta parece una fuerza celestial, digna de un Ser superior.

El miedo tiene esa forma, tiene esa cualidad, de poner en jaque a cualquier animal, sea cual sea su virtuosidad.

Honesto, mentiroso o traidor, cuando el miedo te invade sos uno más del montón.

Gerente de un banco, médico o estrella de rock, el escalofrió en tu espalda aparece sin condición, a veces sin previo aviso, a veces sabemos que llegará, sin embargo nunca preparado estarás.

Perspectiva singular en la que este verso me hace parar, por un momento llego a pensar que es necesario sin vacilar que el miedo intervenga en nuestra existencia, ¿En qué, otro momento se sentirán iguales un indigente y un presidente? Si no es cuando el miedo invade su mente.

¿Semejanza con la justicia? Pura coincidencia. Imaginen por un momento esta siniestra apariencia, la tragicómica traba de nuestra comunidad, este punto siego de la moralidad.

Entren a la pista de baile, numerosas melodías se hacen escuchar, de oriente y occidente saben llegar. Instrumentos extraños las hacen sonar, las letras… pfff, algunas no se pueden descifrar.

Los ritmos, por momentos risa me dan, también asombro, como el inmenso mar. Las culturas chocan y se crea el amor, Se produce el odio y el rencor.

Un viejo con un vaso de brandy se vislumbra al fondo del bar, todos lo conocen, su cara inundada de arrugas delata su edad, su blanca barba despliega solemnidad, Tiempo se hace llamar.

Invitados de lujo si los hay, la Muerte no podía faltar, baila con todos pero como una soltera joven y hermosa, con uno se quedará. No es amiga del viejo pero los une un lazo familiar.

La gente sigue danzando sin parar, entrada la noche y con unas copas de más los hombres comienzan a pelear. Las diferencias de valores, el peso de la historia y los errores del pasado, son arterias de este lugar, diferencias que se vuelven menores cuando el miedo parece llegar.

No es tan temerario como la Muerte, ni tan imponente como el viejo Tiempo, no viene siempre a este lugar, pero cuando llega se hace notar.

Con la Muerte lo une una relación de negocios, hay quienes dicen que antes hubo algo más, con el Tiempo cruza solamente un: ¿Hola cómo estás?.
El miedo saluda mirando a los ojos a todos, y paciente, un trago algo fuerte se toma en el bar, mira la pista como apuntando un arma, haber a quien saca a bailar.

Su seducción nunca falla, pero no se enamora jamás, es como si viniera por una obligación moral, su interés es difícil de descifrar.

Así es el miedo, seas lobo o cordero, rico o pobre, hombre o mujer. Seas del norte o del sur, como iguales, el miedo de rodillas los dejará.

Durante mucho tiempo, durante poco tiempo, el miedo siempre está, a todos hace bailar y a la humanidad parece amigar, y puede triturar sin importar tus modales, tu ropa o tu edad, huelas a humo o a brisa de mar, como pares los tratará, no tienes nada para negociar.

Cobardes y valientes se mezclan hasta una sola cosa conformar, fuertes y débiles, ya no más, ricos y pobres, sentados a la par, el miedo los mira y ríe sin parar, disfruta haciéndolos temblar.

Curiosa forma de vernos como hermanos, de validar nuestro título de humanidad, hasta pareciera que algo se nos quiere enseñar, después de todo lo único que nos queda es nuestra propia humanidad.

Comentarios & Opiniones

JOSE FLANDEZ

Excelente¡ Me gustó el mensaje. Un saludo, poeta y todas las estrellas.

Critica: