Necesarios ditirambos (tiempo de fake news)
Cuando se acaban las verdades inocuas,
aquellas vestidas de esperanza, utópicas
y surgen las de verdad, esas otras,
desesperadas y quiméricas
que alimentan un displacer muy poco realista,
cuando preclaros idealizan la derrota
y la gloria se viste de pena,
el pathos es un forjado lamento
que nos hermana compañeros
y nuestra catarsis quitapenas
encuentra su debido lugar
en exultantes e hiperbólicos enunciados;
así alimentamos un histrión,
irracional y elocuente ditirambo,
enajenación controlada y delirante,
patética postura servil e incorrecta,
un slogan vacío y calculado que nos satisface,
nos subvierte, nos pervierte: nos deleita.
No quiero una mentira repetida mil veces,
consenso apaciguador y defensivo,
ni confuso retracto tranquilizador
que invoque la armonía del desastre,
bifuncional Jano que no da la cara
y seduce con su canto de sirenas
para confundirnos aún más.