Lo mío y lo ajeno (artefactos y artificios)
Ahora,
no sé más qué es ahora lo mío, qué es lo ajeno,
si yo solo era el producto de todas mis lecturas,
el letrado legado para mi mimesis más subjetiva,
amalgama de significados en nuevo significante,
la suma de todas las referencias en otra mirada,
mi saber enciclopédico abierto veinticuatro horas.
Pero eso era antes.
Ahora,
no sé más qué es lo que me pertenece y que no,
si me preguntó y no encuentro más mi respuesta,
aquel eco que ponía a dialogar mis consciencias,
en una variación legitimadora que no es más mía,
y ya no me reconozco a mi auténtica inteligencia,
aquella que siempre dispuesta a asombrarme.
Pero eso era antes.
Ahora,
no sé si podré competir con este mi yo artificioso,
ese yo que sabe más que yo y se las sabe todas,
cauteloso, prudente en su arrogancia seductora,
disfrazado de verdad su saber estático se mueve,
la razón de la razón vuelve a su eterna sinrazón
y no quiere ponerme a discutir conmigo mismo.
Porque eso es ahora.
Antes,
era solo una semilla consecuencia de la anterior,
la variable sin fin de componentes muy antiguos,
el eco ancestral entre consciencia e inconsciencia
que regia mi saber en una íntima suma infinita,
entre lecturas y relecturas mi babel personalizada
en una sed insatisfecha que busca en la fuente.
Pero eso era antes,
antes de nuestra inteligencia artificiosa,
antes de que robasemos el fuego sagrado,
antes de mandar callar a nuestros padres,
antes de dejar atrás nuestra individualidad,
antes de cambiar la palabra por el silencio,
antes,
eso fue antes,
Ahora…
JIJCL, 28 de enero de 2024.