Deseos indeseables (Feliz año nuevo)

poema de chipi

Yo no quería ese tiempo,
mucho menos su desnecesaria medida,
hábitos, costumbres, ritos cronometrados,
en la adopción de una reglada secuencia,
ordenados los tres tiempos en lo correcto,
tiempo pautado por el más noble proceder,
eterno presente para una reiterada liturgia.

Yo no quería ese canon,
menos la justa medida de todas las cosas,
ese civilizado dogma que ordena el mundo,
desde lo más alto de su puesto de comando,
que pone cada cosa en su lugar sin discusión,
ante la convincente canonización que predica:
hacer lo que dicen y nunca lo que hacen,
que regula el mundo a su gusto y capricho.

Yo no quería esa historia,
mucho menos esa realidad de la ficción,
esa leyenda que reinventa nuestras vidas,
moral que nos indica el más recto camino,
ungido el dictado que viene de lo más alto,
la forjada tradición que olvida sus orígenes,
legítima la verdad en ideológicas artimañas,
en modélico pasado, en utilitario presentismo.

Yo no quería esa libertad,
menos seguir la crédula falacia abanderada
que, entre nuestro sueño y su única razón,
en su mesiánica promesa nos guía febriles
tan buenas leyes, tan buenas costumbres,
sujetos a la sujeción del poder liberador,
que emana del pueblo que abraza una causa
que, en abstractos eslóganes, nadie entiende.

Yo no quería ese algoritmo,
mucho menos ese ajeno presentimiento,
ese gran deseo que deseaba nunca tener,
la inconsciente imposición predestinada,
disimulada entre la necesidad y la carencia
que cuantifica la subjetividad en datos,
hace ciencia del más íntimo sentimiento
y lo reconvierte en nuestro más firme anhelo.

Yo no quería esa memoria,
mucho menos la fingida selección natural
que ordena los recuerdos más adecuados
dúbia memória afectiva que no me representa
y me obliga a una forzada sobreactuación,
digno juego de máscaras de una sociedad
que, entre el recuerdo y el olvido, construye
su personal, elegante y sugestiva torre de babel.

Yo no quería esa educación,
mucho menos ese libro de instrucciones
que dicta el idóneo uso de mi libro arbitrio,
premia la obediencia con iletrados saberes
convierte maquiavelismo en determinismo,
valora la rebeldía como excedente de producción,
condena generaciones en engañosa proclama
y hace de la derrota la mayor de las glorias.

Yo no quería ese idealismo,
mucho menos abanderar esa tal cruzada,
pedir perdón a la utopía por haberla creído
desestimado, errático, el previsible sueño
de quien sigue viendo sus propios molinos
eterna lucha entre la realidad y el sueño,
el sueño de la razón que monstruos produce
y solo apaga la luz después de salir de casa.

Yo no quería esa verdad,
mucho menos esa que es la única certeza,
ella que tan absoluta y autoconvencida
que en honor a sí misma se viste solemne,
en indiscutible razonamiento concluyente,
veraz fundamentalismo que niega su propia fe
y reconduce la manada a sus ilusorios pastos,

Yo no quería esa palabra,
mucho menos en mi pretencioso discurso,
bajar nuevamente aquella ladera del Sinaí,
para estos reescritos mandamientos decir,
ni aventajado trovador, ni visionario profeta,
una voz de poca fe con más sentido práctico,
que desacredita el eterno discurso vigente,
que siembra la palabra sin esperar la cosecha.

JIJCL, 30 de diciembre de 2022

Comentarios & Opiniones

Silvia

Interesantes letras!
Saludos cordiales.

Critica: 
Xio

Profundas letras Chipi, un placer pasar, saludos cordiales, feliz año nuevo junto a la familia.

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