Una hermosa canción

Cantaba con su linda voz
una bella canción, que en ese momento
había hipnotizado mi corazón.

Un canción cuyas notas estaban inspiradas
en la misma belleza, en la misma dulzura
y en la misma hermosura de una mujer
tan dulce y flamante como una doncella.

Me encuentro en un concierto
donde contemplo a una diosa
inspirándose al tocar el arpa.

Dentro de este teatro ubicado en el cielo
observo que sus paredes estaban hechas
con hermosos cristales y diamantes.

En el escenario una orquesta de ángeles
tocaban los diferentes instrumentos de oro
como la viola, el violín y el violonchelo.
El clarinete, la flauta y el flautín,
todos acompañaban a esta artista grandiosa.

La melodía sinfónica era divina,
se escuchaba espléndida y majestuosa.

No sé cómo llegué a este hermoso sitio
nunca antes visto por mis ojos, y sobre todo
ver como una mujer de piel canela, pelo castaño,
ni tan lizo, ni tan ondulado, ojos café oscuros,
labios cálidos y muy suaves, me miraba cuando cantaba.

Sin dejar de tocar el arpa, su música me hipnotizaba
que en ese momento el tiempo se paralizaba,
mis oídos la elogiaban, mi alma la amaba.