MANTA

MANTA
¡Oh!; casa de los peces,
cuyo nombre nace de tus entrañas,
¡tribu de pescadores!
¡tierra de sacerdotes!
reverencïados por sus hazañas.

Alabando con cultos a sus jefes
por mantener el orden y la justicia
siendo ellos; unos grandes mercaderes
de la agricultura y artesanía,
sin dejar de exaltar a las serpientes.

¡Manta! princesa nocturna.
Un puerto adyacente al mar,
¡bahía peculïar!
una gran ciudad diurna,

con una hermosa bahía
cüidada por el viento
y vigilada por el cïelo,
pues su ambiente es alegría,
ya que cada año la honramos
y también la veneramos