Solo era una foto
Solo era una foto, un instante congelado,
donde el tiempo se detuvo, el recuerdo quedó grabado.
En ese papel impreso, una imagen sin voz,
se esconden historias, emociones y un bello compás.
En esa fotografía, los colores se desvanecen,
pero en los ojos del retratado, la vida florece.
Un rostro sonriente, con mirada profunda,
transmite alegría, tristeza o una historia moribunda.
El papel se vuelve lienzo, donde se pintan los sueños,
donde los amores nacen y los recuerdos son dueños.
Cada detalle capturado, cada gesto y expresión,
es un fragmento de vida, una pequeña canción.
Puedes perder la noción del tiempo al mirarla,
viajar a través de ella, como si fueras un ave alada.
En ese pequeño cuadro, el mundo se expande,
y cada píxel cuenta una historia que se expande.
Pero detrás de esa imagen, hay un relato escondido,
un sinfín de momentos, de anhelos y olvidos.
Solo era una foto, pero guarda un universo entero,
donde los recuerdos y las emociones se vuelven sinceros.
Así que, no subestimes el poder de una imagen,
en ella se encuentran la pasión y la intriga.
Solo era una foto, pero detrás hay un mundo infinito,
donde los recuerdos y las historias se entrelazan con lo escrito.





