Y las boquitas cerrá.

Yo que me pinto la cara
de verde esperanza,
de verde esperanza...
y de blanco calma.

Hay en la calle un rosario,
un puto calvario
de bocas cerradas.
Uno tras otro los años
se vuelven macabros
silencios y espadas.

La chivería en la acera
la vida congela,
la tira y la pierde,
el pasotismo en las venas
clavando condenas,
llamando a la muerte.

Tiene un abuelo en la nuca
marcados los miedos,
pintado el pasado,
y aun sigue dando a su nieto
oscuros consejos
pa seguir tragando.

Guarda una madre en el vientre
la flor del machismo,
lo lava y lo tiende,
sabe a cariño y cobijo
y es otro demonio
que come chiquillos.

Un padre lleva en el pecho
sin ningún derecho
lagrimitas secas,
la fuerza bruta en las manos,
el alfa de enanos,
el ego en las penas.

Niños pisando otros niños,
la droga a la vista,
las mujeres muertas,
el bosque en el precipicio,
el mar retorcido,
primero la Visa.

Hoy el salón es un mundo
donde los adultos
se bañan de gente,
no quedan cuentos ni abrazos
ni existen milagros
que les quite el hambre
y en las pantallas se dejan
los juegos, las risas,
que eran pa su sangre.

Hay en la calle un rosario,
un puto calvario
de bocas cerradas.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Que excelente! saludos cordiales y beso.

Critica: 
Xio

Estupenda denuncia, un placer visitarte Juan Carlos, saludos cordiales, buenas noches poeta.

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