Fiesta.

La Tarde comenzó taciturna, la noche fue penetrando el dia..
Sin quejidos, el rumor de un mar se podía escuchar a lo lejos
Palmeras y cocoteros se mecían, como prediciendo el futuro
Fueron llegando de apoco, ataviados con sus trajes humanos

Un anciano recitaba un conjuro un hechizo mundano
Podía sentir la sangre ardiente correr por mis venas
Una brisa tibia erizaba mi piel..

Los tambores retumbaron contentos y ruidosos
Presagiando el inicio de una fiesta secreta
Sus caderas se movían montunas, lentas, despacio
Su cabello era un festín enrulado de alas de cuervo

Su respiración entrecortada comenzaba a correr rauda
Los ritmos del tambor se fueron acrecentando
Sus caderas y muslos vibraban en un baile trepidante

Podía ver sus senos rebotar sudorosos y erectos
Sus ojos bailaban en las cavidades de un rostro
Que hería por su belleza salvaje
Me dedicaba esta danza a mi...
Su dios terrestre que la miraba
Que la poseía y penetraba..
Cada poro ,cada célula de un cuerpo canela
Y salvaje que danzaba al compás de la musica

Exhalaba un vaho tenue por sus labios rosa
La cadencia de sus movimientos fueron pausados
El clímax de la noche la poseía

No podía escapar de mi, de mis hechizos
Antes de ser, yo la hice
La forje en los hornos de mis manos

En mi yunque el caliente martillo
Troquelaba su cintura, mientras mi cincel
Al rojo vivo sellaba su alma impetuosa

Me miras y deseas como la arena al mar
Un oleaje enfurecido que sube el blanco vestido
Collares que se cimbran ante mis besos de lava

Te sacrificas en mi altar pagano
Conjuro tus deseos mientras me adentro en tus misterios tibios
Que suenan mudos ante los embates punzantes de una espada febril
Que entra y sale de la roca eterna de la palabra

Llega la aurora y te consiguen de rodillas frente a tu dios
Al que miras con ojos trémulos
Tu boca me consume me complementa
Extraes toda la savia de un albor que perdido
En el viejo edén esta.