LA PALABRA

La palabra es un babel poético,
cuando se ilumina el alma
y los últimos rayos encienden en las venas
un fulgor azul que esconde el rojo sufrido
es ahí, en el momento exacto que irrumpe
como un tropel desbocado todo el lenguaje
y poco a poco, deja su somnolencia de depresión
y levanta las paredes que serán laberinto
angostos pasajes con bordes de gasa
para que las heridas que supuran el pus del engaño
lleguen a ser puntos finales con cicatrices rosadas.
La palabra es un camino perdido en la nada
no tan lejos de la ruta de los hombres
ni tan cerca de su vulgaridad teológica
no promete sin precio, no es milagro ante la muerte
Agazapada escucha en los pajonales del tiempo
las confesiones pordioseras del pecado
los salmos vacíos que solo brillan en el oro del dinero
y en la hoja del puñal que desgarra la carne del cordero
y cuando entre tanta perfidia se escucha un silencio
ahí se viste la palabra de protesta.