No puedo consagrarme
No puedo consagrarme a olvidar tu nombre
la soberbia hiriente vaga en mis pecados
la noche no se rinde y me destroza en celos
y sigo amando con mis pesados años.
Como poemas se me escapan las miradas,
y como besos se disfrazan los suspiros
las manos se mueven contorneando los deseos
y los sueños desafiantes, se convierten en destino.
Veo pasar a la nostalgia con desvelo
despierta la pasión, abre sus alas,
y en los peñascos de la vida, la ilusión,
deja de respirar y muere el alma.
No puedo consagrarme a olvidar tu nombre
el tiempo escapa al futuro incierto
voy a dejar que el cielo se vista de plata
para que la lluvia se convierta en fuego.
No puedo cambiar tus ojos sin brotar mis penas
te busco en la estrofa difícil y quebrada;
llega tu indiferencia y no resiste mi espalda,
entonces quizás no quieras, ni yo necesite tu cama.
Zadomen