¿Acaso te vi?

Creo haberte visto mientras venía,
venía del letargo, venía de los recuerdos.
Estás intácta entre la luz que se desdibuja
de un lugar y de un momento que quizá nunca ocurrió.

Me temo que no seas más que otra de las
historias que invento para reconfortarme
y sentir que he vivido, creer en ello.
Pero aún si fueses fantasía me sabes tan real.

Caminaba de regreso a casa con el olvido
de aquello que importa cuando estas fuera de ella.
Y te vi, tomandote el cabello detrás del oido para
que la vista de uno de tus ojos quede despejada,
o quizá era un gesto.

Pienso que también presionabas tus labios como
buscando morderlos suavemente, o decir algo que
se callaba dentro de ti.

También imagino que me mirabas, uno siente aquello,
aunque los hechos y las pruebas indiquen lo contrario.
Habría agradecido que correspondieses mi interés,
admito que me enloquece el hecho de que tus ojos cafés
recorran sigilosamente los mios.

Pero no me detuve, no tenía la valentia, mis pasos
no acatan las ordenes de mis deseos verdaderos.
Me voy como las nubes poco a poco, como en cámara
lenta. Temo volver la mirada para no verme acosando
hacia aquello que de pronto solo imaginé.

Cuando camino de regreso con mis pertencias,
llevo otra chaqueta pues parece que lloverá.
Tu no estás ya, y entonces pienso que quizá
tu no eres de aquí, y que te habia dibujado
como al mar que pinto con las canciones que
me traen a la mente el profundo oceano lleno
de misterio y una calma que antecede la furia.

Sin embargo cada día que vuelvo a pasar por
donde tus ojos se posaban sobre mi realidad,
tan solo espero estés, tan solo espero esta
vez poderme detener para preguntarte sobre
la hora, una dirección o sobre nuestro futuro.

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