El hada de plomo

poema de Srakkin

Esa noche entre a un bar, unos amigos iban a tocar y no me venía mal luego de la tediosa jornada laboral. Me gusta lo que hago en realidad, cocino y enriquezco mi paladar, además de la creatividad, pero siempre queda ese sabor ácido en el amargo de enriquecer a otro, incluso si eres parte fundamental de ese todo. Se degeneró el valor del productor ante la administración y la obtención del capital ¡Qué realidad de mierda! ¿Qué es eso del capital? ¿Acaso lo saco del suelo, me la como? No he visto tantas palabras, han pasado muchas ante mis ojos, que no me puedo creer eso del lenguaje y las matemáticas como nos la hace digerir la cátedra, carece tanto de significante que los significados más simples pareces abstractos. Yo parezco un hueso roído por un cancerbero angelical, a pesar que este desmembrado me deja respirar, aun así me deja jadear y gritar, cantar y bostezar, sonreír de vez en cuando, de vez en cuando entrar a un bar, tomar una cerveza y escuchar buenas bandas en vivo, pasar a saludar a unos amigos y qué la vista se distraiga con alguna superficie deseable, un buen pedazo de carne para que complemente mis tejidos desensibilizados, adormecidos por los cripys.

Parecía una noche normal, fui a buscar una conversación que me enseñara algo, luego de renunciar a la universidad mis clases terminaron siendo el dialogo con el otro. En la terraza del local me encontré escuchando una conversación que no me interesaba de derecho, como era ese mundo de los políticos y el poder del dinero, a veces uno termina aprendiendo cosas que en realidad sabe y que cada día se haga más conocimiento estremece mis pensamientos. Las distopías comienzas a emerger y todo se vuelve negro, se vuelve sangre, luego abismo, tantas balas hacen una orquesta desesperante. Me sumerjo en la tranquilidad más oscura y me dedico a observar al entorno, ya no interesándome si se dan cuenta de que los ignoro y de que soy un puesto vacío, así cómo donde se posan mis ojos, de la escalera al techo, del cielo al suelo, del piso a la pared, de la pared a una chica, de esa linda chica a los veteranos del rock alzando sus copas, luego de ellos a la punk que coquetea con todos, luego de ella al hippie que toca batera, luego de él a un hada, luego del hada no hubo nada más.
Ella era pálida, sus ojos estaban débiles, su superficie parecía petrificada, con un cristal tan opaco, su belleza era de las tinieblas, sus alas se quebraban con la vibración de sus palabras, de a poco se iban cayendo, al tocar el piso se hacían polvo y de negro brillaban, no sé cómo estallaban. Me decía que el mundo es triste, que su sangre ya no circula como antes, qué las plantas de reciclaje de plomo y la contaminación de las mineras le daban sueño, pensaba que tenía que hibernar como un oso. Cada cinco minutos se le caía el rostro del sueño, me parecía gracioso, tierno, sus ojos somníferos hasta hoy los sueño, ella era experta en lo onírico, le gustaba el místico arte del soñar. Me contó que cuando su rostro se caía era porque tenía que atender algo en el otro lado, que tiene un centro médico y que ahí, qué también era en todos lados, ayudaba a la gente a superar sus pesadillas recurrentes. La encontraba encantadora, pero eso no era la magia, lo que me hechizo fue su calma de nada, me recorrió un sudor gélido que templo mi calor, ese brillo intermitente era un error en el tiempo, en su vida el día y la noche vacilan entre sí, me los imagino bailar como los astros alrededor del Sol, tanto romance en un solo cuerpo. Y yo que mucho tiempos no tuve noche, no querían los sueños estar a mi lado, ya no entendía cuando el sol se iba, se me hacía eterno cada parpadeo, haber encontrado el sueño y haberla encontrado a ella me hizo recordar mis raíces desenterradas, hay un oasis en este desierto, evoco en mi lluvia y vi tantas gotas a mí alrededor, el calor al frío jamás se llevó, fueron sólo los espejismos, no estábamos muertos.

La hada desapareció del bar y yo emprendí viaje a mi hogar, cuando está amaneciendo y el frío al pasar rasguña las pieles, desnudan cualquier defensa, pero no… En esta ocasión iba abrigado, tranquilo, no se me hizo nada al llegar a mi casa ¡Ahí estaba! Volando en los sueños, juro haberla observado desde lo lejos divagar en ese inmenso mar, se veía mucho más hermosa que en el bar. Ya se sabe desde hace muchos años que el día y la noche no se pueden juntar, sólo que no me cuadra del todo ¿Qué es ese lila? Qué sucedería del cielo sin el anaranjado, qué pasaría con la diversidad en el globo, qué pasaría con la cantidad de nosotros que se dividen en muchos ¿Qué sería la utopía sin miedos? Un hecho, podría ser un Calama sin tanto ir extrayendo y contaminando en el trayecto, podría ser un Hada y un poeta saltando las manillas en ningún lugar, podría ser lo que sea, pero si no es llévate algo mío, quizás algunos respiros.

Comentarios & Opiniones

Mac1965

Un placer leerte. Saludos cordiales

Critica: