Árbol Caído

Desgarrando el aire limpio, con ronco gemido
cayó hasta la tierra mi hermoso limonero,
comenzó a abatirse, en silencio primero
que se fue desgastando hasta llegar a ser ruido.

Estuvo conmigo, frondoso y fuerte
en mis horas de tristeza, de descanso y de sueño
regalando su eterno cargamento de verde
contra el celeste claro de mi cielo sureño.

Pero, vino el hacha y horadó su carne
con desgarradoras heridas por donde escurrió la vida,
partiendo la fibra hábilmente tejida
en los días de sol de primaveras ya idas.

Vino el hacha y con su aliento acerado,
en desigual combate, cruel y despiadado,
construyó la trola, destruyendo el sostén
que él había creado en su continuo crecer...

Ya la suave tierra espera la caída:
abriendo sus amplias manos recibe con amor
a esos leños que llegan cayendo desde arriba
y que un día fueron gajos o capullos de flor.

(Tema creado durante una clase de trabajo en Jornada para Profesores Rurales, realiza en Cartagena, Chile, del año 2002