VVIII. Perdóname
Me asomé a la orilla de tu lecho
y al enjuagar tus pupilas la luz allá
impuse silencio al corazón inquieto
para tu sueño no despertar.
Sentí apresurarse en mi cuello tu aliento
como la estela de un Sol que muere,
nacer de tu callado pensamiento
dormida una sonrisa leve.
De mi boca cayó una gota de fuego
que a la tuya robó la húmeda calma
y en mi pupila dibujaste el reflejo
de la que nunca olvidaré mirada.
Y al besarme de la mirada el vuelo
de mis ojos una lágrima brotó.
Buscaste respuesta en mi hondo silencio
y sonó una frase de perdón.
¿Porqué pedí que me perdonaras?
Porque no estuve antes en tu cielo,
por tardar en llamarte mi amada,
por no llamarte antes entre sueños.
Bebimos esa noche de nuestros alientos
y a un roce fuimos una sola llama,
dos ecos que se confunden,
dos almas confundidas que se hayan.
Comentarios & Opiniones
Hermosas letras, colmados de romanticismo y nostalgia..!! El perdón, frente a una decisión, el estar ahí junto a ella y su cielo..."De mi boca cayó una gota de fuego, que a la tuya robó la húmeda calma".Bellos versos.! Me encanto. Un honor estar ...
..en tu muro, estimado Beller. Tienen un seguidor a tus obras...Recibe mis saludos, abrazos fortísimos amigo poeta..!!!
Amo la manera tan bella que describes en tu poema, esas cosas lindas de la vida. Mil estrellas
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