VVII. A Ludmila Tokov, la comsmonauta perdida...

Cuando te sentiste sola,
fue tu voz interceptada,
siendo tú una estrella más
cuando al mundo regresabas.

Fuera observaste los fuegos
que a la nave desgarraban.
Dentro observaban los astros
una astronauta asustada.

Hicieron vibrar la esfera
las súplicas solitarias.
Inmutase aquel vacío
que a la tragedia esperaba.

Sorprendiste en la obertura
a ese ser que reflejaba.
Viste un rostro como el tuyo;
Ludmila se llamaba.

Halló su hija aquel cometa
que por la noche cruzaba.
Dijo a la madre pregunta
que adónde la luz marchaba.

Pudo entonces percibirse
que al mundo una alma faltaba.
Hállase una nueva estrella,
la perdida cosmonauta.

·Beller·

Sonido y efectos a manos del autor.
[NOTA HISTÓRICA: En mayo de 1961 dos hermanos italianos consiguieron interceptar una señal de audio procedente del espacio en la que se oye la retransmisión de la cosmonauta rusa, quien notifica en la comunicación la creciente temperatura de la nave en el momento de re-entrada a la atmósfera. Tras un par de minutos sin respuesta por parte de la Tierra, la comunicación enmudece súbitamente. Nunca más se supo de ella. Varias fuentes la identifican como Ludmila Tokov, astronauta de origen ruso cuya nave regresaría a la atmósfera el mismo día que la retransmisión se produjo. A pesar de que su paradero es desconocido, es considerada la "cosmonauta perdida" de la grabación. Aún así, el gobierno ruso desmiente cualquier afirmación acerca del suceso, alegando que el día señalado se desintegró cierto satélite no tripulado de regreso a la Tierra, del tamaño de un autobús.
Sólo la voz femenina que se oye en la declamación corresponde a la grabación previamente dicha]
Por eso, me gustaría animar a los poetas a recordar las hazañas de los personajes que por el tiempo fueron olvidados o borrados de la faz de la Tierra, recordar la memoria de quienes allanaron el camino a las generaciones venideras, quienes cayeron en un infortunio olvido.