CRIPTA INTERIOR.

Palabras.

Que la angustia es un pesar asido al cuerpo
cuando de ajenos situaciones nos preocupan
saberse lleno de sensibilidades que ocupan
tres cuartas partes del corazón que no se oculta.

¿Para qué llamas, si no serás de nada culta?
¿Soy ese hombre la basura que resulta
de rompimientos, fracturas irresolutas,
venas brotadas por circulaciones inconclusas?
o ¿acaso esperas que la victoria toque mi puerta
para acercarte y vanagloriarte o formar reyerta?

Que sí aspavientos o remolones son mis excusas
o argumentos de imposibilidades de finiquito
sepa usted, pues…
el que concibe algún proyecto verá clarito
tanto el inicio como el final del pronto escrito
aunque los días corran malditos y desesperen
en años canos, el sosiego hará de dichas
cuando del horno, computador, abra las fichas
y sea hora en que por fin, todos se enteren.

Si es de cierto que en grulla me convierto
también cierto, soy cigüeña,
pues en silencio me estoy quieto;
sólo les digo sean sensatos cuando esté muerto
y no me traten con las injusticias como a tantos cientos.

Soy resuelto cuando me reta el abatimiento
pues me reconozco, presa de resentimiento,
por un maltrato, incomprensión o burla de peso
aunque me aplaquen con un abrazo o un buen beso.

En fin, ¿para qué entramos tantas veces a ésta vida?
si cada hora ya está comprometida
todas las aguas cursan al mar, algunas escondidas,
siempre la espera la costa abierta
figurando mariposa, de alas extendidas.

Si no me entiendes, no serás primero mira ni ultimo
son éstas letras para futuros lectores mudos
como individuos del dominó, tal sordomudos,
que arguciosos, inteligentes, meditabundos
van fracturando las defensas del oponente
con cada pieza que en golpe seco, acerca,
el final que dilucida quien gana el punto.

Escudriñar en la metáfora mensaje oculto
es menester de quien interese entender
cualquier asunto,
siendo poeta, que medio loco, también me apunto
en las tinieblas de algunos versos
que de encriptados, ¡escucha!, leyendo, asumo.

EPEV-Poerrante