cuando juego con enchufes

Nunca pensé que volver a escuchar tu nombre me derrumbase .

Me derrumbase como si una corriente de electricidad me recorriese todo el cuerpo quemando cada parte de mi sistema nervioso, provocándome corto circuitos que hacen que me estremezca de placer. Porque hoy me he vuelto a sentir como la niña pequeña que se dedica a jugar con tenedores y enchufes. Esa niña a la que todo el mundo ve, pero que nadie tiene ni el tiempo ni las ganas de apartarla y explicarle que en una de esas puede que no vuelva a abrir los ojos.

Pero si te tengo que ser sincera, ni mucho menos llegue a imaginar que un lunes a las siete de la mañana tendría que cambiar las sabanas. Porque tú has decidido volver a aparecerte por mis sueños. Y me has desvelado. Y lo peor de todo, es que no me puedo controlar. Que no se si las sabanas están mojadas porque me he corrido por que aun no te puedo olvidar; o porque me he meado.

Si me he meado encima como una niña pequeña. Del miedo.

A que no vuelvas. O a que lo hagas.

A que no vuelva a sentir tus manos.

O a que las sienta demasiado.

Te tengo miedo y te quiero.

Me tengo miedo y por eso me odio.