Perros de la calle

Esta lloviendo, y mientras tu
podrias estar en tu calido hogar,
cubierto de pies a cabeza, abrigado
en las bramas de la chimenea,
puedo asegurar que una pobre
alma empañada, escondida
debajo de una simple y triste
caja, se aqueja y lamenta su
existencia, su fútil presencia,
que a nadie le amena, deseando
cambiar de lugar, o menos
codiciable, tener un estilo de
vida excepcional, dispuesto a
pagar el precio brutal, de una
vida que solo puede desear.
<¡Oh, pobre perro de la calle!>
Tus lagrinas resuenan e el
alba y tus penas las abrazo
con vergüenza, porque siendo
humano como tú, permito que
te mueras como si nada,
como un perro.
-A.P