Tanta vida y tanta muerte,
tanto pesar y tanta suerte,
tanta oscuridad y tanta luz,
tanta razón, y, culpa, de repente.
Adoro dioses lejanos que un día
llamaron a mi puerta, a cal y canto;
los adoro, no tengo otros dioses
a quienes entregar mi mano.
Si bien existo, no parece que lo haga
por mucho tiempo; adoro a esos dioses
a quienes entregar mi mano,
sabiendo que la entrega anunciará su barca.
Deseo partir con ellos con mi vida
y con mi muerte, mi pesar, mi suerte,
mi oscuridad, mi luz; mi razón, de repente
culpa; llamaron a mi puerta, a cal y canto.
Seré feliz en su compañía, les relataré
que un día, arrastrado por fuerzas desconocidas,
amanecí en tierras extrañas, desesperé,
viví, morí, luche en vano en esas malditas.
Tanta vida y muerte,
tanto pesar y suerte,
luz y oscuridad, razón,
y culpa de repente.

Comentarios & Opiniones

Smile

Lindo poema , sigue asi

Critica: 
JOSE FLANDEZ

Un buen poema nos aportas amigo poeta, me gustó... Fue un placer pasar y leer tus versos. Un fraternal saludo.

Critica: