Labios Carmesí

poema de Angelisia

En un lugar perdido de este lugar, de cuyo nombre no quiero ni acordarme, reside la esperanza de la mano de la agonía. Esperanza que me sirve para contemplarte impertérrita ante tu nueva adquisición. Ojos abiertos como ventanas, destripado mi corazón cual gallina dispuesta para la sopa, no dejo de asombrarme ante tu postura firme y sólida en el devenir de los hechos.
Qué decir de mis labios, rojos carmesí cuando te siento en el umbral de la casa. Qué salvaje deseo se despierta en mi interior al saber que el destino nos obliga a distanciarnos por razones obvias y naturales.
En este lugar tan sombrío y añejo a la vez que impasible, me he hecho fuerte y resistente a la desdicha que jamás debió existir. Ojos tranquilos, manos decadentes, respiración aguda y una lágrima derramada sobre la alfombra. Labios carmesí que se tornan pálidos, gélidos ante la llegada de un invierno interior en el que todo se marchita al igual que se desvanece tu sonrisa de ángel.
Brazos entrelazados, paseos al albor de las hojas caídas del otoño, besos románticos que fluyen con el aire fresco de principios de octubre. Nada hay tras de sí, salvo la felicidad que emerge siempre dispuesta a ayudar en el primer paso de los enamorados. Barbilla alta, cejas entrecruzadas, labios apretados para no expresar lo que se siente. Orgullo candente, miradas aisladas en los rincones de la casa, nada es lo que parece. Te escondes mientras puedes, aunque aguardas con recelo al gato que te saque de tu ratonera amarilla. Nada te deseo, por no desear nada. Nada te impongo, todo ha sido impuesto anteriormente. Solo queda el arrepentimiento de unos labios carmesí que te observan desde la distancia.

Comentarios & Opiniones

JOSE FLANDEZ

Excelente versar amiga Angelisia... Un poema cargado de bellas imágenes y exquisita melancolía. Recibe un fraternal saludo.

Critica: