Luna

¿Recuerdas la primera vez que conociste a la luna?
Yo sí.
Ella fue quien me dijo que yo era anacrónico.
El sentimiento fue inefable.

Años después la veo, a mi viejita
y el cielo que la acompaña ya no brilla como antes brillaba.
Toco mi piel y se siente como ropa sin planchar.
El aire sabe similar pero la vida me dice otras cosas.
El amor sigue igual de macabro, igual de bello, igual de escondido.
Me encontré con la señorita que me hace brincar y en ella veo hacia a donde me he ido.
Las botellas están más caras, pero igual de amargas.
La música fluye por mis venas, pero ya no me paro a celebrar,
ya me quedo quieto y la trato de amar.

¿Cómo fue?
En unos parpadeos sucumbió mi cuerpo al tiempo.
Las cadenas se sienten sueltas y pudiera correr libremente, pero no lo hago.
Solo veo mi vida pasar, como si me estuviera muriendo.
Y tal vez sí.
Me estoy muriendo, pero no me había fijado, porque no duele.

Que ilusión tan más bella,
eso de ver la luna y creer que ella está enamorada de ti
solo porque sale a verte en la noche.