Melancolía.

Dicen que todo en esta vida debe pasar y los peores momentos más aún, pero hay sucesos que no pasan por más que quieras o inviertas el tiempo que sea necesario para dejarlos atrás y uno es el de las despedidas.

Las rupturas con el tiempo nos van dejando más rotos de lo usual, son fracturas del alma que ni con los meses tienen cura, son rotos en el corazón, son descosidos que no dejan seguir con la vida como se desea.
Ante el dolor del duelo nos vamos quedando solos y sin algunos que eran el norte de muchos ya no hay poesía posible. No hay nada que dé paz, ni un poco de calor, de un abrazo que aliente e imprima fuerzas para despertar en las mañanas.

Le dicen depresión por este pasado que no se supera y le han dicho ansiedad por ese mañana que no se sabe si llegará, le dicen tristeza porque a la mirada se le acaba la luz y porque no hay una sonrisa en el rostro que ayude a soportar el dolor.
No se sabe cómo salir y se admite, las personas amigas luchan a diario, los mejores amigos siempre al lado aunque lejos por situaciones diferentes, pero no hay ese amor que llene ese vacío y cure esta soledad.

No es lamento de una noche de frío en la casa solitaria y sin ella, es más y lo más triste es que no quiere emanar un pobre poema de amor de este frío y roto corazón porque lo dejaron herido y sin una pobre esperanza de un amor real y duradero.

Para muchos el amor es una utopía que se soñó, anheló, deseó para toda la vida, pero, desgraciadamente, no fue ni siquiera un solo renglón de un triste poema de amor.

Anna.
Agosto 29. 2022.
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