Hermosa jinotega

He visto al cielo tiritar nervioso ante el resplandor hermoso de tu magnífica presencia, he visto como el sol inclina su furor ante el fuego intenso de tu mirada, al igual que el Rocío de la mañana acaricia tus hermosas cordilleras los cuales como montañas imponentes se pronuncian al cielo, reclamando el espacio bendito que te ha dado Dios, no hay rosas, ni pétalos en tus tierras que puedan asemejarse a la belleza de tu piel desnuda, el lugar en donde hadas y sátiros cantan canciones de amor y escriben versos profanos en los Robles imponentes de tus de tus paisajes, eres más fuerte que el diamante más sólido y más hermoso que el brillo del oro, cuando Dios te creó y sumó tierra bendita en tus senderos infinitos y en tus pasos cálidos, seguros y con presencia, que hacen temblar los corazones más rígidos, todas las naciones quisieran tenerte pero eres tierra prohibida Nicaragua es tu dueño y yo un pobre iluso que se embelesa con tu sutil belleza, cada día, con la esperanza de que el destino sea piadoso y me ponga de nuevo cerca de ti y respirar tu aroma y con suerte acariciar tus manos, en un saludo desde el alma, desde el corazón, porque en mi mente de te has convertido en ese sueño, el cual quiero que se repita cada día, mientras viva con la esperanza de ver algún día el amanecer en esos ojos café, de los cuales en el día menos pensado me perdiese, espero que siempre la bendición del cielo esté de tu lado, que te cuide como la niña de sus ojos y que guarde siempre tu corazón, el cual como una crisálida guarda los sentimientos más hermosos, y que cuando se abre vuelan y aletean como mariposas en primavera.