a ratos te amo, a ratos te odio

Me vestí de persistencia y desde entonces no me he podido cambiar
ya ha de estar sucio y descuidada aquella prenda la cual ni siquiera supe utilizar
me la puse al revés y ya te podrás imaginar
lo de dentro para afuera y lo de adelante para atrás

Sin embargo me pregunto
¿Alguna vez pudiste sentir todo lo que te hace vivir?
en ese caso me has de entender
pues él es mi tacto, mi olfato, mi gusto, mi todo
y tú más que nadie sabrás que sin ellos comienza un vacío sin fin
y el mío ya ha de parecer un universo sin vida

¿Y qué es lo que veo?
tan solo un muro viejo pero sin embargo no ha de ser frágil
mas has de formar un terremoto en mi
pues quien te construye es con quien alguna vez yo compartí
compartí sonrisas, llantos y a lo último un indeterminado fin
pero no he de compartir aquella frase que no te cansas de repetir
“de aquí no has de pasar, mi tiempo para contigo se ha de acabar”

Mi persistencia aun inequívoca te ha de seguir atormentando
pues mi lucha me la da el amor, ese que tú me ofreciste un día
ese amor que creció tan alto pero se acabó tan rápido
que ni tiempo tuve para superarlo

Mi fe siguió intacta, pues te he de conseguir,
de alguna forma y no sé cómo tu amor ha de volver a mí

Pero el tiempo no camina sino corre, y ese afán es el que vuelve todo sombrío
de blanco a negro, de paz a guerra, de vida a muerte y en mi caso de amor a odio
el odio a que no me quieras, el odio a tu cambio, a tu rechazo y a tu todo
es un odio que se explica mayormente con amor
porque es tan intenso el sabor de tus labios
que el recordarlo me hace odiarte vivamente

Un mar de emociones inundo mis pensamientos
el sentir ya no era uno opción
por tanto al verte me confundes más
pues no siempre hago lo que en verdad he de desear

a ratos te amo, a ratos te odio
y si acaso no lo viste, tal vez eras tú mismo quien no aceptabas tu verdad
Y es que el amor ha de ser tan grande pero tan frágil que con solo un rasguño todo se ha de derrumbar
pues solo te intente mostrar lo que con mi boca no podía explicar

Sin embargo dolía más cuando te amaba,
porque al tratar me rechazabas
mientras cuando te odiaba
simplemente lo aceptabas