VIDA EN SOMBRA

Increíble cómo el tiempo corre y no lo ves,
increíble cómo el mundo te grita y no lo escuchas.

Pero ante tu presencia desperté de aquel sueño muerto,
donde solía caminar sin razones, sin rumbo alguno.
Desperté.
Desperté al sentir tu esencia,
aquel andar que despertaba intriga,
y desbordaba magia.
Ese perfume que trastoca mis sentidos,
que, al final del umbral, pude ver.

Increíble cómo un ser despierta vida,
una vida que, a veces, nos falta,
y nos convertimos en sombras vacías,
fotocopias errantes sin sentido.
Y sí, ante ti desperté.

Esos ojos que irradian luz,
alma que me llama, como el imán
que atrae a su igual,
con una conexión silenciosa pero profunda.
Paz, como la que busca el caminante
perdido en medio del desierto,
y su alma en agonía.
Pero más allá de todo eso,
está el amor de un ser
que se muestra en su pureza,
sin miedo,
abierto a este devenir intermitente de la vida.

¿Casualidad? No lo sé,
pero el universo te cruzó en mi sendero,
ante tu ser, ante tu presencia.
Curioso cómo el mundo une almas,
cómo juega a enlazar a dos extraños,
y, entre miles de cosmos,
les invita a danzar, a amarse.