JUEGOS DEL MUNDO

¿Increíble, no?
Que el destino juegue con las vidas,
y los encuentros, como si fueran cartas en un juego de póker,
una jugada de suerte.
Y de repente, te guía entre cielos oscuros,
bajo cortinas de lluvia,
en momentos tan efímeros como un suspiro.

En medio de pérdidas de fe y esperanza,
te hace dudar,
te hace preguntarte el porqué de una historia incompleta,
de una narración donde el escritor se aburre
y deja el lápiz en el olvido,
y tú quedas a la deriva,
sin rumbo, sin guías.

Entre preguntas al firmamento sin respuestas,
y bajo lunas que cambian sin cesar,
llegan personas,
a cada tic del reloj,
algunas sin alma,
otras solo sombras que observan y se desvanecen.
Pero al final,
en la última esquina,
en la orilla donde nunca miras,
encuentras luz,
encuentras magia y calor.

Una risa que se convierte en melodía suave para ti,
pero que también despierta temor,
miedo,
preguntas que quizás no sean como las imaginas.
Y no sabes qué hacer,
no sabes cómo reaccionar.

Sin embargo, el corazón insiste en intentarlo,
y un cosquilleo te invade,
una risa nace al pensar en esa vida,
te sumerges en sus fotografías
y comienzas a mostrarte tal como eres,
despojándote de temores,
enfrentando riesgos,
te arrastras hacia lo incierto.

Es increíble cómo el corazón,
el miedo y la alegría,
se entrelazan de la mano
y te arrastran a un mundo tan confuso
como la misma vida.