LAS GAVIOTAS
poema de Ana María Paz
Por Valeria, lugar de ensueño
donde te conocí.
Por el sol, que doró nuestra piel.
Por la tarde que nos acurrucó en su seno.
Por la playa, extensa
que recorrimos contando nuestras vidas.
Por la noche, que asistió
con templanza a nuestros besos.
Por la arena, que sirvió de lecho
a nuestros cuerpos en el roce del amor.
Por la luna, que nos brindó su luz
en las noches de enero.
Por el fuego, agresivo, caliente
que enrojeció nuestras mejillas.
Por las olas del mar que
miramos con dulzura llegar...
Por el viento, que llevó
nuestras palabras...
Por las gaviotas que enredaron
nuestras almas en sus picos,
fundiéndose en la niebla,
encallándolas en el lado obscuro del misterio,
para que nuestros seres
nunca más las pudieran hallar.