Dulce poesía de un triste peregrino.
Recordar es sinónimo de clavar nueve cuchillos en mi alma, soñar con tu ultima mirada perdida, fría y vidriosa es mi pesadilla, siento que estoy desvaneciendo en medio de las miles de imágenes tuyas que no desaparecen de mi mente, despierto temblando porque se que tu calor no volverá, ni siquiera hubo un adiós, el ultimo beso se los di a tus labios morados, agrietado y congelados, llorar por piedad es tan inútil como las lineas que hoy escribo para que regreses, ya no se quien soy, me fundí contigo, nos volvimos uno y al quedarme sin ti estoy perdido, muriendo lentamente porque no se como sobrevivir sin la mitad de ti que me falta, mi compañía ahora es la melancolía, la soledad y las incontables lágrimas que no dejan de salir desde lo mas profundo de mis entrañas, mi día consiste en extrañarte un poco mas cada segundo que pasa, es como estar en un coma profundo y doloroso, ¿pero como hablar contigo? Si este peregrino no puede volar...