Dulce enemiga

No hay nada más que hastío
detrás de esos ojos indiferentes;
lumbreras que, hipócritas,
se mudan a otros deleites
una vez que, provocado el incendio,
lo visto se consume en deseo.
Y no hay tiempo para considerar las cenizas:
satisfecha, su mirada corresponde a esa vela que alumbra cualquier otra existencia: esa llama que abrasa otros pabilos
hasta arder en la pira que se alimenta
de su propia cera.

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Interesante escrito, gran placer la lectura. Saludos.

Critica: